Querida María Elena:
Nunca nos conocimos. No sabías mi nombre y sin embargo sé que en cada poema que escribiste buscabas las palabras siempre pensando en mí. En mí y en los millones de niñas y de niños que crecimos creyendo que existían reinos patas arriba donde habitaban gatos pescadores, monas con lazo, ositos caprichosos y vacas estudiosas; un mundo en el que aún era posible inventar la vacuna contra la intolerancia.
Yo llegué a tus poemas en la voz de otra artista cuyo nombre concilia la belleza y la fuerza. Rosa León cantaba en mis casetes tus versos prodigiosos, que fueron la semilla –al menos una de ellas– de lo que soy ahora: poeta y cuentacuentos. Pasaron muchos años hasta que mis pupilas encontraron tu nombre en esos textos. Ya sabes, María Elena, que la infancia no entiende de etiquetas ni autores. Sólo cuando el veneno de las letras me empezó a hacer efecto y en mis dedos sentí cómo crecía alguna pequeña historia, quise saber quien era la persona cuya imaginación me había dado tantas horas felices, y ahí encontré tu nombre, María Elena. Desde entonces, no he dejado jamás de desear llegar a ser siquiera una sombra de todo tu talento. Ya no puedo escuchar esas canciones, ni leer cualquier cosa salida de tus manos, sin pensar en lo hermoso que debía de ser el territorio donde anclabas tus sueños.
Hoy me dicen que has dejado esta tierra y no sé si estar triste o alegrarme porque, aunque te perdemos, estarás para siempre con nosotros desde la inmensidad de tu gran obra. En cambio, este planeta redondito y azul se te había quedado ya pequeño. Seguro que a estas horas ya has llegado hasta el cielo, en el que te aguardaban Gloria Fuertes, Astrid Lindgren y tantas otras grandes.
Estás contándonos un cuento / que no terminará jamás / dios te dictaba el argumento, dulce María Elena Walsh.
¡Hasta siempre, maestra!
Yo llegué a tus poemas en la voz de otra artista cuyo nombre concilia la belleza y la fuerza. Rosa León cantaba en mis casetes tus versos prodigiosos, que fueron la semilla –al menos una de ellas– de lo que soy ahora: poeta y cuentacuentos. Pasaron muchos años hasta que mis pupilas encontraron tu nombre en esos textos. Ya sabes, María Elena, que la infancia no entiende de etiquetas ni autores. Sólo cuando el veneno de las letras me empezó a hacer efecto y en mis dedos sentí cómo crecía alguna pequeña historia, quise saber quien era la persona cuya imaginación me había dado tantas horas felices, y ahí encontré tu nombre, María Elena. Desde entonces, no he dejado jamás de desear llegar a ser siquiera una sombra de todo tu talento. Ya no puedo escuchar esas canciones, ni leer cualquier cosa salida de tus manos, sin pensar en lo hermoso que debía de ser el territorio donde anclabas tus sueños.
Hoy me dicen que has dejado esta tierra y no sé si estar triste o alegrarme porque, aunque te perdemos, estarás para siempre con nosotros desde la inmensidad de tu gran obra. En cambio, este planeta redondito y azul se te había quedado ya pequeño. Seguro que a estas horas ya has llegado hasta el cielo, en el que te aguardaban Gloria Fuertes, Astrid Lindgren y tantas otras grandes.
Estás contándonos un cuento / que no terminará jamás / dios te dictaba el argumento, dulce María Elena Walsh.
¡Hasta siempre, maestra!
4 comentarios:
que bonito!!! he llegado hasta aquí de rebote y es como haber entrado en un mundo mágico lleno de infancia y de cosas preciosas! me quedo por aquí si no te importa. Yo no conocí a esta señora, quizá leí cosas de ella (de pequeña me encantaba leer aunque ahora soy más vaga, igual leí algo y no me acuerdo...) encantada de conocer tu blog :) y su música que me recuerda a pipi calzaslargas
también me recuerda a Amelie, es de Amelie la música?
Hola, Mar. Me alegra mucho que hayas llegado hasta aquí por azar y, por supuesto, te invito a quedarte enredada entre las mariposas de este pequeño espacio de cuentos.
Aunque dices que nunca has leído nada de María Elena Walsh estoy segura de que alguna vez te habrás tropezado con sus versos, aunque sea por casualidad, ya que ella misma les puso música y fueron cantados por voces muy célebres, entre ellas Rosa León, cuyos discos de canciones infantiles están llenos de creaciones de María Elena.
En cuanto a la música del blog, es la cabecera de la famosa serie de televisión de Jim Henson "The Storyteller" ("El Cuentacuentos"), a la que pertenecen también las imágenes que aparecen en el reproductor.
Saludos y muchas gracias por tus comentarios.
Rosa león! con 2 años tenía una cinta (un antigüuo casete q ya ni existe jeej) y lo pnía sin parar, me gustaba mucho...pues entonces sí que me he tropezado. tienes algún blog de cocina?
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