Que, un buen día, los organizadores del que muy
probablemente sea el festival de poesía más importante de España te llamen y te
pidan que les prepares un recital infantil para ser representado en el
principal teatro de Córdoba, ante un público de entre 150 y 200 escolares por
sesión, es, sin duda, una noticia fantástica, pero al mismo tiempo supone un desafío
innegable. A él tuve que enfrentarme yo cuando, hace unos meses, la dirección
de Cosmpoética 2014 me contrató precisamente para eso, para acercar la poesía a
los niños y niñas cordobeses a través de un espectáculo inspirado en el modelo
que estableció el célebre programa “El conciertazo” de La2 para enseñar a
los peques a disfrutar de la música clásica, pero salvando las distancias, claro, porque en este caso todo el espectáculo debía crearlo y desarrollarlo yo sola, sin contar con un despliegue productivo ni remotamente parecido al de TVE.
De esa forma surgió “EL POEMAZO”, un espectáculo poético
para niñas y niños a partir de 4-5 años, pensado para poder mostrarse en en auditorios y
teatros con un aforo de hasta 200 butacas, pero también en colegios o bibliotecas ante grupos más pequeños. Se trata de un recital teatralizado
y participativo, de aproximadamente una hora de duración, en el que la poesía
se combina con música, imágenes, cuentos y juegos y en el que los protagonistas
indiscutibles son, sobre todo, los niños y niñas, con los que realizo un viaje
imaginario hasta el mágico Museo de Todo lo Perdido para encontrar un tesoro extraviado.
La excusa que desencadena esta aventura poética está inspirada en el libro “Subasta Extraordinaria” (Ed. La Guarida), pero el recital incluye poemas de un buen número de autoras y
autores españoles e hispanoamericanos.
Reconozco que antes del estreno estaba bastante nerviosa y
con ganas de saber si los meses de trabajo empleados en cuidar cada detalle de “ElPoemazo” darían el resultado deseado y si mi público acogería bien esta propuesta
que se sale de los formatos habituales a los que los más pequeños están
acostumbrados. Pero he de decir que, afortunadamente, salvando pequeñas
incidencias técnicas, normales en un estreno y que pudimos solucionar gracias al inestimable esfuerzo de los
chichos y chicas de El Dispensario, todo salió de maravilla. A lo largo de tres
mañanas recibí a unos 600 escolares –el día que menos había 180 butacas llenas y
el que más unas 220– en la Sala Polifemo del Teatro Góngora que se llenó con el
alboroto de los niños y niñas de siete colegios distintos . ¡Qué gozada! ¡No podéis
imaginaros lo mucho que disfruté!
Después escuché los comentarios, vi las reseñas en la
prensa, algunas fotografías… y, bueno, he decidido que esto no tiene que
quedarse aquí. Ahora me gustaría llevar este montaje (técnicamente sencillo,
económico y flexible en cuanto a que no requiere de unas instalaciones grandes
o de características concretas) a colegios, teatros y bibliotecas de España o
de cualquier país hispanohablante (de momento es en español, quizá algún día
monte un “poemazo” en inglés, pero aún no puedo ofrecerlo). Así que, si estás
leyendo esto y te interesa tener más información sobre la actividad, te invito
a que pinches AQUÍ o a que contactes conmigo para que te haga llegar el dossier completo o responda a todas tus
posibles dudas.
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