sábado, 12 de julio de 2014

Subasta improvisada en la librería infantil de Candás

A veces las mejores experiencias son las que surgen de manera improvisada, cuando una menos se lo espera, como cuando encontramos una flor en el camino. Quienes me conocéis sabéis que en mi interior conviven dos personalidades: la de la mujer metódica a la que le gusta tener las cosas bien programadas, saber "dónde, cuándo y como" y llevarlo todo bien preparado, y la de la narradora espontánea a la que le encanta contar cuentos allá donde se lo pidan, que no duda en recitar un poema si hay un oído que quiera escucharlo y se divierte jugando con cualquier niño o niña en cuyos ojos luzca la chispa de la imaginación. En mi último viaje a Asturias se produjo un colorido encuentro entre ambas personalidades y como resultado viví momentos fantásticos de encuentro con pequeños lectores, de descubrimiento y de cuentos.


Había ido al Principado con la intención de pasar unos días de vacaciones, aprovechando la circunstancia de que el día 3 de julio tenía programado un acto: el encuentro con las niñas y los niños participantes en el campamento de verano del Centro Niemeyer, del que ya os he hablado en otros posts. Pues bien, la sorpresa llegó cuando, paseando un día por el encantador pueblo de Candás, siguiendo una manía irresistible que tengo de entrar en cada librería especializada en literatura infantil que encuentro a mi paso, fui a dar con la librería Palabras de caramelo donde conocí a Vanessa, la entregada librera, con la que pasé conversando gran parte de la tarde.


Por resumir la historia, que podría alargarse en anécdotas y coincidencias, sólo diré que me llevé una gran alegría al saber que,  gracias al buen hacer del editor Fernando Rubio (de La Guarida) mi libro "Subasta extraordinaria" estaba allí. Y en un abrir y cerrar de ojos organizamos, sin pensarlo mucho, un cuentacuentos-presentación para el viernes antes de mi regreso a casa. Era la primera puesta en escena del libro (aparte de su "salida al mundo" en la Feria del Libro de Madrid, donde la ilustradora Susana Rosique y yo estuvimos firmando en una caseta, pero no hicimos cuentacuentos) y ni siquiera estaba planeada: su primera presentación y, aunque tenía en mi cabeza cómo la haría, todo fue improvisado y ¡qué delicia de improvisación!

Pese al temor de Vanessa de que, debido a la precipitación, no hubiera público, la librería se llenó de niñas y niños expectantes y dio comienzo el juego. Jugamos ha hacer una subasta: una subasta fantástica en la que los allí presentes pudieron adquirir lotes fabulosos (tiempo para jugar, un diente de leche que fue propiedad del Ratón Pérez, un sueño...) por precios incomparables. Y también se llevaron de regalo la narración de un cuento (¿adivináis qué dragón doméstico de color rojo se paseó también por Candás esa tarde?). Al final la tarde se nos fue volando entre lotes, precios de remate y risas. Firmé muchos libros y me quedó la sensación de que esta subasta va a dar mucho, pero que mucho juego.

2 comentarios:

susanarosique dijo...

Con tus tablas y tu arte, Gracia, seguro que lo improvisado no lo parece :-) !! Un abrazo, hasta muy pronto, deseando planear nuevos proyectos y actividades contigo!

Gracia Iglesias dijo...

Muchas gracias, Susana. Lo mismo digo, ¡deseando crear más mano a mano contigo!

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